Síndrome Koh Tao


Si Railey es la Meca de la escalada en Tailandia, Koh Tao lo es para el buceo. Y es que esta pequeña isla yace agazapada en un saliente de arrecifes de coral, cual tortuga al sol. De hecho Koh Tao significa isla tortuga, no solo por las numerosas tortugas que la habitaban en tiempos pasados sino porque aquí tienes la sensación de que el tiempo avanza más lentamente…

Llegamos por la mañana tras pasar una noche infernal en un ferri atestado de gente y mercancías. Cerca de la bahía de Sairee, la más poblada de la isla, nos esperaba el Brujo, un madrileño encantador que regenta una escuela de buceo en Chalok Baan Kao, justo en el extremo sur de la isla. Su centro es el más famoso entre los españoles básicamente por dos motivos: se pueden hacer una gran variedad de cursos en español, incluso en catalán, y por el buen ambiente que allí se respira. De hecho veníamos sólo para cuatro o cinco días y al final nos quedamos durante dos semanas! Lo que se conoce como Síndrome Koh Tao, y es que cualquiera se va cuando se está tan a gusto… rodeados de buenas playas, espectaculares fondos coralinos, deliciosa comida, pero sobretodo rodeados de buena gente! Eso sí los primeros días los pasamos enfrascados trabajando en el blog, recuperando el tiempo que habíamos perdido en Birmania. Una vez tuvimos la tarea resuelta decidimos empezar a descubrir la isla por uno de sus puntos más interesantes, la Shark Bay. Tal y como su nombre indica, esta bahía es el hogar de los tiburones de punta negra y con unas simples gafas y un tubo de snorkel puedes disfrutar del espectáculo de verlos nadar entre los arrecifes en busca de comida (no os asustéis no les gustamos…). También es donde habita una de las últimas tortugas de la isla, aunque a ella no la pudimos ver. El espectáculo es impresionante, y además de disfrutar de estos animales preciosos es una buena oportunidad para aprender más de ellos, de respetarlos y cuidarlos porque como especie están en peligro serio de desaparecer… Recomendable al 100%

Tras este estímulo y el consecuente subidón de adrenalina, decidimos alquilar una moto. Nuestro objetivo era explorar un poco la isla y llegar a unas calas que nos habían recomendado para tumbarnos al sol y seguir haciendo snorkel. Tanto Ao Leuk como Tanote Bay son perfectas para ello y disfrutamos durante horas de sus aguas cristalinas y sus peces de colores. Una gozada vamos!

No contentos con todo esto, al día siguiente alquilamos un kayac. En ese momento no lo sabíamos pero se convirtió en una de las jornadas más extenuantes y épicas del viaje! Con mucho coraje, voluntad y bastante inconsciencia dimos la vuelta completa a la isla. Luego sobre el mapa descubrimos que habíamos recorrido más de 20 kilómetros a ratos a contra corriente! Aún así disfrutamos de todos los rincones más remotos de la isla, e incluso llegamos a la isla satélite Nang Yuan donde encontramos a cientos de temerosos coreanos que hacían el intento de aprender a bucear. La verdad es que este rincón es muy atractivo, además de por sus muchos puntos de buceo, por las preciosas vistas desde su view point.

Hambrientos decidimos seguir remando hasta Hin Wong Bay y comer un poco. La sorpresa llegó cuando nos dimos cuenta de que eran prácticamente las 5 de la tarde, no disponíamos de más de un par de horas de luz para recorrer casi la mitad de la isla! La desesperación hizo acto de presencia, volvimos al kayac y remamos con todas nuestras fuerzas en un intento de evitar de que se nos hiciera de noche. No teníamos referencia del sol al estar escondido tras las montañas así que no nos quedaba otra que remar, remar y remar… Para nuestra sorpresa, cuando llegamos a nuestro destino y como regalo divino pudimos contemplar uno de los atardeceres más bonitos de nuestra vida! Fue espectacular…

Pero había llegado la hora de la verdad. no puedes irte de Koh Tao sin hacer alguna inmersión, así que decidimos bautizarnos! Con la clase de Sammer y la teórica aprendida tocaba sumergirse! Anna fue nuestra instructora y con ella disfrutamos como chiquillos de un nuevo mundo que se abría ante nosotros, fascinados ante el espectáculo de ver cientos de peces, corales y otros animalitos acuáticos…  Tal y como dice en su blog » Por muy alto que escales, aunque vayas muy rápido, o vueles muy alto, si quieres ver el 70% del planeta tendrás que sumergirte…»  Y tiene mucha razón! solo hay que ver las espectaculares fotos que saca para creerlo! todas las fotos acuáticas que habéis visto más las que siguen son suyas, incluida la del tiburón ballena!

Y así fueron pasando los días y casi sin darnos cuenta, llegó uno de los momentos más esperados para los tailandeses, el año nuevo budista o Songkram. Entrábamos en el año 2055! En Tailandia durante días sus habitantes lo celebran eufóricamente en todo el país, tirándose litros de agua unos a otros, ya sea con pistolas, mangueras, botellas o directamente a cubazos, y regándolo con litros de alcohol. Aunque en Koh Tao la fiesta solo dura un día, la verdad es que no la pudimos disfrutar más! Con los nuevos amigos de la escuela y los tailandeses entregados a fondo, acabamos empapados y medio borrachos.

Cuando nos quisimos dar cuenta casi habíamos agotado nuestro tiempo de visado en Tailandia, así que debíamos seguir nuestro camino. Queremos desde aquí agradecer a todo el mundo por habernos acogido y hacernos sentir como uno más de la familia! Gracias a ti Brujo y a todo el equipo de Ihasia: Sammer, Picha, Melo, Xime y especialmente a ti Anna! Gracias también a todos los que estábais ahí animándonos a seguir con el blog y a compartir unas risas con nosotros: Emma, Núria y Ra, Ferran, Alba y Albo, Nora, Vero, Sheila, y a todos los que nos dejamos, no tenemos palabras!

Ahora si, próxima estación: Camboya!!!

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